viernes, 6 de mayo de 2011

El Camino

Aqui estamos en el puerto de Ibañeta muy cerca de la frontera con Francia, en el monumento a Roldan.
Cuando en el verano del año 2010 me encontraba disfrutando de mis vacaciones en Navarra, con mi mujer en una excursión por el Pirineo, visitamos Roncesvalles y Saint Jean Pied de Port. Fue cuando descubrí la belleza de aquellos paisajes y la partida de peregrinos a Santiago de Compostela. Sentí en aquellos momentos envidia y admiración por ellos, porque hacía muchos años que, algo en mi interior, me motivaba cuando pensaba en el Camino de Santiago.
     Y es que nunca olvidaré cuando era un niño, en las noches calurosas de verano en mi ciudad, que es Córdoba, mi madre sacaba a un patio enorme que disfrutaba  nuestra casa, los colchones y mantas para dormir aquellas noches  al aire libre, ya que dentro de las habitaciones hacia un calor infernal.

     Era entonces cuando, antes de dormir y todos mirando al cielo, se observaba un cielo limpio sin contaminación  lumínica y nuestra madre nos explicaba las constelaciones que ella conocía: el carrito grande (osa mayor), el carrito pequeño (osa menor), etc. Entonces, cuando llegaba a esa masa lumínica que atravesaba el cielo y decía:  "eso que veis es el Camino de Santiago, la Vía láctea" y nos explicaba cosas de ese camino. Ella era nacida en Cantabria y conocía seguramente, por las enseñanzas de sus padres, la existencia de ese camino que casi no se recorría desde  hacia unos siglos, pero que estaba latente en la mente de muchas personas. No fue creo, hasta los años noventa, cuando empezó a ser recorrido de nuevo por cientos o miles de peregrinos.

    Una vez decidido a realizar la travesía completa, desde Francia hasta Santiago de Compostela y, viendo que era imposible hacerlo a pié por falta de días, estudio la opción de recorrerlo en bicicleta que saldrían la mitad de días. Entonces fumaba muchísimo y mi forma física era más bien nefasta; fue entonces cuando decidí posponer el viaje para el mes de mayo del 2011, dejar de fumar y empezar con esa preparación física que me ha llevado a descubrir el mundo de la bicicleta de montaña.

     Además, no sé como agradecer a mi mujer y a toda mi familia el apoyo y aliento que me han suministrado para que el sueño de esta pequeña aventura pueda ser una realidad.

     Bueno seguireis teniendo noticias mias.

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